Problemática actual de la liebre y sus enfermedades
- Por Cinegética Las Liebres
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“Los amantes de la naturaleza, los cazadores y en especial los galgueros son los tristes testigos de excepción del ocaso de nuestras liebres. El efecto de los pesticidas vertidos en el campo y las enfermedades que la afectan son los principales causantes del declive de su población en la Península Ibérica”.
La reciente aparición de un brote epidémico de mixomatosis en las liebres han desatado las alarmas sobre esta especie y su futuro. Debemos conocer otros factores preocupantes que también afectan a nuestras liebres
“La liebre, en virtud de su vida silvestre y del medio donde habita, es sensible a padecer una serie de enfermedades de origen parasitario, vírico y bacteriano. Además, la exposición e ingestión de los venenos que se usan para regular las poblaciones de topillos en Castilla y León y los plaguicidas aplicados sobre los cultivos suelen producirle consecuencias fatales para su vida o reproducción”.
Para los gestores cinegéticos y cazadores españoles es importante conocer las enfermedades más habituales de esta especie en la Península Ibérica con el fin de prevenirlas o salvaguardar su propia salud en caso de encontrarnos ante una zoonosis. Las liebres padecen dos enfermedades parasitarias transmitidas por las garrapatas como vector, la Cisticercosis y la Coccidiosis.
“La Tularemia, enfermedad bacteriana, también afecta a las liebres produciendo la necrosis de algunos órganos. Esta enfermedad también afecta a los seres humanos al entrar en contacto con animales enfermos, aunque sus vectores de transmisión principales sean las garrapatas y los mosquitos.
En el año 1991 se detectó en las poblaciones de liebres de Valladolid, Zamora, Salamanca y Ávila un brote del síndrome EBHS, resultando letal para los animales en menos de 12 horas.
La liebre también es portadora asintomática de la leishmania, enfermedad producida por un protozoo del género leishmania que afecta a perros, gatos y personas”.
Debemos extremar las precauciones ante esta situación, pidiendo a los científicos su máximo compromiso y no siendo portavoces de remedios absurdos (terramicina contra la mixomatosis) y entorpeciendo la labor de quienes pueden ayudar a nuestras liebres.