En la península ibérica habitan tres especies de liebres, la liebre europea (Lepus europaeus), liebre ibérica (Lepus granatensis) y liebre del piornal (Lepus castroviejoi) de las cuales dos de ellas (ibérica y del piornal) son exclusivas de nuestra geografía. Es decir, contamos con dos especies de liebres que únicamente se encuentran en nuestros campos y por ello tienen un valor inmenso que nunca debemos olvidar. Si desaparecieran por causas no naturales tendríamos la desagradable responsabilidad de empobrecer el patrimonio natural de nuestro planeta.
La mutación del virus de la mixomatosis que, hasta hace poco sólo afectaba a los conejos, ha comenzado a diezmar las poblaciones de nuestras liebres ibéricas y amenaza seriamente con llegar a las relictas poblaciones de liebres del piornal. Las Administraciones públicas de Medio Ambiente han comenzado las investigaciones oportunas para crear una vacuna específica que permita su paulatina recuperación, tal y como ocurrió con los conejos. Pero todos los conservacionistas (Naturalistas, cazadores, científicos y amantes de la naturaleza en general) debemos ser conscientes del grave problema y aunar esfuerzos para evitar que la situación sea irreversible.
Desde Cinegética Las Liebres estamos poniendo en marcha un ambicioso proyecto que aúna la creación de un Centro de reproducción de las dos especies de liebre en cautividad y un novedoso sistema de gestión cinegética (caza sostenible) que minimice los efectos de la caza tradicional con galgo sobre estos animales. Es evidente que también necesitamos la colaboración de todos aquellos que comparten nuestra pasión por las liebres y estamos seguros que en un tiempo razonable volveremos a contar con poblaciones estables de liebres en nuestros campos.
Los síntomas externos de la mixomatosis son conocidos por todos, hinchazón de los ojos, diarreas sanguinolentas, reducción de movilidad, etc., y en libertad suelen terminar con la muerte del animal (por afectar a órganos internos o por ser presa fácil de los predadores). Los vectores de transmisión son el contacto directo, las garrapatas, las pulgas y los mosquitos hematófagos.
Por ello queremos dar algunos consejos contrastados y fundamentales para evitar que el desconocimiento nos lleve a cometer errores fatales para el conjunto de la población de liebres.
Consejos
- No trasladar liebres aparentemente sanas de una localidad a otra. El virus tarda algunas semanas en manifestar sus síntomas y estaremos favoreciendo la dispersión de la enfermedad a zonas no afectadas.
- Limpiar los bebederos con asiduidad, pues los mosquitos depositan allí sus huevos y son un vector importante de transmisión.
- No inventar métodos pseudocientíficos para solucionar el problema de nuestro coto. Ningún virus se elimina con antibióticos (por ejemplo la terramicina). Si suministramos estos fármacos en cautividad y aislamiento pensaremos que son efectivos, pues la liebre supera la crisis letal del virus, pero al reintegrarla en su medio habremos creado un portador del virus. En libertad no siempre mueren por el virus, pero su debilidad, su ceguera y su falta de movilidad, convierten a esas liebres en presas fáciles para predadores.
- El virus no afecta a los seres humanos, ni a otros mamíferos (perros, zorros, etc.), que tampoco sufren la enfermedad. Los vídeos que circulan en redes de zorros debilitados y aparentemente contagiados, se trata de animales con otras enfermedades contagiosas (por ejemplo la leishmaniosis, que también afecta a las liebres).
- Todos debemos ser conscientes del grave problema que atraviesan nuestras liebres, pero las soluciones no son fáciles ni existen los remedios mágicos. Debemos confiar en los científicos y técnicos que están trabajando en la búsqueda de remedios reales, y por ello debemos actuar con criterios unificados, avalados y serios, confiando recuperar las poblaciones de una especie presa, única y vital para el funcionamiento de los ecosistemas donde habita.