Marzo de 2019, situación del brote de mixomatosis en las liebres ibéricas.
- Por Super User
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Tras unos meses de tranquilidad donde parecía que nuestras liebres sanas volvían a ocupar sus reductos naturales sin enfermedad alguna, con la subida de temperaturas en este mes, de nuevo nos encontramos con animales enfermos, muertos o agonizantes.
Es evidente que este virus se activa con el calor primaveral y algunos animales contagiados y portadores del mismo, han comenzado a morir en nuestros campos. Todos aquellos que pensaron que tan sólo había sido un mal sueño, deben comenzar a despertarse.
La propagación de la mixomatosis está condicionada a varios factores externos que conocemos bien, los mosquitos y las garrapatas por un lado, y por otro el contagio directo de ejemplares sanos con los portadores enfermos. Esto nos hace recapacitar que cuando remitió la enfermedad por la bajada de temperaturas, se inició una nefasta e ilegal translocación de liebres para intentar repoblar las áreas afectadas por el virus. Este disparatado intento de repoblar zonas afectadas, o libres del virus, ha sido un grave error que tan solo ha contribuido a la expansión del virus. Con ello las liebres que estuvieran sanas, han recibido la visita de animales portadores de la enfermedad de otras localidades, colaborando en la ampliación de la distribución geográfica de la mixomatosis.
Cuando contemos con la vacuna, deberemos crear unos rigurosos protocolos de vacunación para afrontar el problema con las máximas garantías de éxito. Ahora bien, mientras las autoridades competentes no saquen la vacuna, debemos esperar sin ejercer acciones bienintencionadas pero nocivas para los animales. En la actualidad la situación de la liebre ibérica comienza a ser muy preocupante y cada una de nuestras acciones puede ser determinante para su futuro.
Poder sacar una nueva vacuna para un virus mutado es un delicado y costoso proceso que tan solo puede lograr un equipo multidisciplinar de científicos y debemos confiar en ellos. Pensemos en otros virus de graves consecuencias para el ser humano (Sida, ébola, etc.) desde hace varias décadas y aún no hemos encontrado la solución definitiva.